viernes, 18 de noviembre de 2022

Soledad - Flor

 


Me encantas mujer, ¿lo sabes? Con tu cabello ondeando al viento caminas siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Ayer te vi pasar por el teatro. ¿Acaso fue un sueño o fue realidad? Me miraste y en tus ojos descubrí la belleza de un ángel, un ángel lleno de vida.
Recibo una llamada. Me dicen que hubo un asesinato en un hotel y debo fotografiar un cadáver que yace en el anfiteatro municipal.
Levanto la sábana y veo que eres tú…
Suspiro, no puedo hacer nada. Ya no tienes piernas, te falta un brazo y no eres más que piel y huesos.
Enciendo la cámara y tomo una foto de tu cuerpo. Doy media vuelta y me alejo mientras las lágrimas descienden por mi rostro… Es el último adiós.

@roagilluis

jueves, 17 de noviembre de 2022

Soledad - Recuerdo de pasión

 


Es la hora del diablo y los dolores no paran… A medida que los días se han hecho meses, y los meses años, mi recuerdo por Natalia es más fuerte.
—Basta que me pienses para que viva en tu corazón —me dijo la última vez que hablamos.
Fue el Día del Amor y la Amistad cuando la invité a bailar salsa en uno de los bares más viejos de la ciudad. La tomé de la cintura y ella puso sus manos en mi cuello. Pasaron cuatro o cinco canciones y bebimos unas copas de vino. Poco después salimos y caminamos en medio de la lluvia. Teníamos hambre y nos metimos en una pizzería. Yo me quede mirándola, ella tomó mi mano y me dijo:
—¿Podemos ir a tu casa?
—Por supuesto —contesté.
Tomamos un taxi y llegamos a las dos de la madrugada. Natalia se sentó al borde de mi cama, cruzó las piernas y se acomodó el cabello.
—¿Quieres? —me preguntó desabotonándose su blusa lentamente. No me lo pensé dos veces: —Sí, te deseo —dije—. Amor, puedes hacer conmigo lo que quieras —musitó ella y me ofreció su cuerpo.
Y ya no pude desprenderme...
Ahora mi juventud se ha marchitado… Un rayó surca imprevistamente el cielo e ilumina mi habitación con una claridad enceguecedora.
¡BROOOUUUUUM…!
—¡Natalia, estás aquí!
Ella se acerca y en sus ojos veo mi reflejo.
—Iremos a un mejor lugar —me susurra al oído.
Entonces la vela se apaga y todo se torna en oscuridad.

martes, 8 de noviembre de 2022

Festejo



Era la noche del cumpleaños de la niña consentida, el tesoro de papá. Los invitados pasaron bajo el puente a medida que entraban. Todo hacía presagiar que la fiesta sería maravillosa.
«¿Qué me regalarán? ¿Un oso, un poni, una muñeca de trapo? —se preguntó la niña.» Tenía el vago recuerdo de haber pedido unos caramelos, pero de eso no estaba segura.
Le gustaba compartir con sus amigos: los gemelos Parra con sus peinados al estilo de Los Beatles; las hermanas Aguirre, siempre tan creídas y orgullosas; los pequeños Hugo y Luis, con sus voces melodiosas de cantantes carrangueros. La complacía ver también a los adultos elegantes; habían encendido los candelabros; la sala olía a incienso.
Todo era demasiado claro, aun así…
Fue a buscar algo que ponerse y halló en uno de los cajones, en el cuarto de su mamita, un traje oculto. Era su día especial, no podía verse mal, de ninguna manera. El vestido, en cuestión, era blanco, sin más adornos que una diadema de flores.
La música comenzó a sonar y la niña se aventuró a abrir la puerta. Pero entonces, estaba ahora en el patio, donde en una lápida se leía un nombre…:
«Esmeralda».

@roagilluis

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Inhumation - Éligie

  Guerrier du crépuscule et de la douleur, les ténèbres se teintent de péché, la voix s'étouffe. L'homme enterre les rêves ; la jeun...