Era la noche del cumplea帽os de la ni帽a consentida, el tesoro de pap谩. Los invitados pasaron bajo el puente a medida que entraban. Todo hac铆a presagiar que la fiesta ser铆a maravillosa.
«¿Qu茅 me regalar谩n? ¿Un oso, un poni, una mu帽eca de trapo? —se pregunt贸 la ni帽a.» Ten铆a el vago recuerdo de haber pedido unos caramelos, pero de eso no estaba segura.
Le gustaba compartir con sus amigos: los gemelos Parra con sus peinados al estilo de Los Beatles; las hermanas Aguirre, siempre tan cre铆das y orgullosas; los peque帽os Hugo y Luis, con sus voces melodiosas de cantantes carrangueros. La complac铆a ver tambi茅n a los adultos elegantes; hab铆an encendido los candelabros; la sala ol铆a a incienso.
Todo era demasiado claro, aun as铆…
Fue a buscar algo que ponerse y hall贸 en uno de los cajones, en el cuarto de su mamita, un traje oculto. Era su d铆a especial, no pod铆a verse mal, de ninguna manera. El vestido, en cuesti贸n, era blanco, sin m谩s adornos que una diadema de flores.
La m煤sica comenz贸 a sonar y la ni帽a se aventur贸 a abrir la puerta. Pero entonces, estaba ahora en el patio, donde en una l谩pida se le铆a un nombre…:
«Esmeralda».
@roagilluis
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