sábado, 22 de junio de 2024


Poème


Évoque des souvenirs, d'images perdues, de voix sombres; j'évoque la tempête, la nuit, les ténèbres inexorables.
J'expie en vain mon enfance, mon adolescence, condamné mon être à la mort, l'épitaphe écrite dans le cimetière.
Et ce n'est pas seulement la mort, la mort impie, c'est l'oubli; c'est aussi la gloire, un écho dans le maudit destin.

Dargor


martes, 14 de noviembre de 2023

Aura, Ciudad del Olvido


"Aura, Ciudad del Olvido", por Dargor (Periódico El Diario, 14 de noviembre de 2023).

Los artistas Iván Eduardo Moreno Cárdenas y Duván Camilo Rojas Cruz, junto al escritor Luis Carlos Roa Gil, retornan en su última novela gráfica ganadora de la Convocatoria de Estímulos 2023 de la Alcaldía de Tunja en la línea de literatura. Roa Gil, en su redacción, fluctúa entre la primera persona y la omnisciencia. A veces las voces se contrastan entre pensamientos de simbolismo y procacidad, mantienen un tono poético y entrelazan relatos autobiográficos de ficción narrativa. Es mérito de los ilustradores Moreno y Rojas la aprehensión del guion técnico y del arduo compromiso en la esquematización y publicación del ejemplar. Moreno nos sumerge en un torrente misterioso y evocador que le concede una verdad en la que el lector queda atrapado. Asimismo, Rojas hace reflexionar sobre la fantasía y lo mundano. No hay ilustración suya que no sea una joya.

Un trabajo de siete años, dibujado a mano, supone un doble mérito los capítulos de horror: «La Sombra del Poeta» y «Plenilunio de Medianoche». Prosa certera y desasosegante, introspectiva y desencarnada, la lectura merece la pena. “Aura” desarticula mitos y leyendas, converge entre la investigación, la arquitectura, la fotografía para poner de manifiesto la riqueza histórica de la capital boyacense. Con esta aproximación, los autores reflexionan sobre la Muerte, la melancolía, lo prohibido, lo profano, la religión, el deseo, la lujuria. Porque, como se explica en el prólogo: “Las historias se entrelazan, convergen: la ciudad, los escenarios, el tiempo transcurre silencioso, lento, sombrío”.

El lanzamiento del libro tuvo lugar el 27 de octubre en el Centro Cultural Banco de la República en Tunja. “Aura” estará a la venta en el Café Librería Umbral ubicado en la Cra. 9 # 22-70, Tunja, y en las redes sociales de los autores. En Instagram: @im_ivanmoreno, @duvankmilo_art y @dargorbattosai.

https://periodicoeldiario.com/aura-ciudad-del-olvido/?fbclid=IwAR3-o4qfCrqhgvbQCLHbDgf8Hn7QOet_pBSiW-KrUPQykQ88qyyxTfjEXx0

sábado, 28 de octubre de 2023

Luna Fúnebre - Aura, Ciudad del Olvido

 




¡Qué miserables recuerdos de consuelos olvidados, de penas furtivas! En la penumbra la dama aguarda, inmortal, desdeñosa, conmemora la blasfemia, deslinda la virtud; transfigurada en el abismo, el destino dilapida. «¡Inútil argüir en medio de la zozobra!». La Muerte vislumbra el pasado, el presente, el ominoso futuro. Sombría: rodea sus labios llenos de sangre, una herida abierta, lacerada, que emana pasión y maldad.

Vanas son las palabras desvanecidas como susurros en el viento; vacías las caricias, el festín de la carne, el delirio me tortura: ¿Yace mi alma en el Infierno!; eso es: un Infierno siniestro, el Cielo de la noble Tunja, la Ciudad del Olvido aún me espera: Tunja, con sus templos, sus palacios, sus claustros, sus conventos, sus prostíbulos, sus calles, sus cementerios…, sus espectros, nostálgicos y meditabundos.

Espectros, poetas, santos, pecadores…, leguleyos, tinterillos, asesinos, mendigos…: surgen tras la montaña la luna y las estrellas, ángeles y demonios, surgen las sombras: Yahvé y Satán a quienes he visto en quimeras, a quienes he visto en tinieblas. Y, sin embargo, más allá del ensueño, los entes yacen sonrientes —«Velo por un dulce final»—; ebrias de lujuria y sadismo consumen mi ser, me desuellan sin remedio.

Las visiones suceden unas tras otras, unas tras otras; los años, los meses, los días van transcurriendo; el invierno se acerca. «Ah, ¿cuándo hallaré la paz en mi afligido corazón?». Un corazón bañado en triste y amarga melancolía. Y ahora, de los sentimientos no quedan nada más que cenizas y polvo, polvo y cenizas; seré devorado por la Rosa del Dolor —por sus ardientes besos—, mientras las hojas caen en la noche tempestuosa.

@dargorbattosai

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Muñeco de año viejo

 



Tunja, sábado 31 de diciembre de 2022


En víspera de año nuevo, acostumbraban a encender fuegos artificiales en los jardines, al lado de las iglesias y en las calles. Allí, por lo general, el cielo se tornaba de un blanco fantasmagórico, como la piel de un putrefacto cadáver. Las mariposas negras se retorcían sobre los fluidos y devoraban los fantasmas de la noche. Yo veía las luces a través de la ventana a causa de los horrores indescriptibles que siempre le he tenido al ruido de los cohetes, a las mechas y a los voladores. Una vez dentro del cuarto que da sobre la avenida principal de Baracaldo, me quedé un rato en las tinieblas. Encendí la lámpara: había comics y dibujos por todos lados; esparcidos sobre la mesa y en el suelo junto a la puerta. Me puse a parlotear conmigo mismo y con mi cigarrillo. La voz se fue disipando a medida que el humo se alzaba entre mis dientes hasta desaparecer. Desde la esquina izquierda un muñeco pareció mirarme con sus grandes ojos malignos.

—¡Malparido! —exclamé como si me escuchara, sí, como si me escuchara. El licor, los vidrios crujían bajo sus pies.

Más de una noche había golpeado el rostro burlón de ese esperpento. Pasé días decorándolo con prendas de lana y aserrín. Iba vestido de trapos rotos y sucios; llevaba un pantalón café y no tenía cabello.

—¡Ya está la comida! —dijo mi cucha desde la cocina en el primer piso.

—¡Ya voy! —respondí.

Bajé y comí hasta saciarme.

—¡Mire si arregla la pieza! —gritó mi cucho.

—Después —le respondí.

—¡Ah, conque esas tenemos! Nos vamos a la casa de su hermano.

—¡Cómo si me importara!

—¡Quédese entonces!

—¡Está bien!, me abro de acá —y subí de nuevo al cuarto.

Prendí el computador, entré a Instagram y me puse a revisar los mensajes nuevos uno por uno. Le di «me gusta» a la foto que juanita.marie había puesto minutos atrás. Estaba vestida con una camisa donde se le marcaban los pezones, una minifalda y unas medias blancas hasta las rodillas. ¡Qué delicia de mujer! Fantaseaba con ella desde hace tanto y ya tenía planeado como hacerla mía: nada podría salir mal; sin embargo… De repente, un escalofrío recorrió mi cuerpo, me volví hacia el muñeco, sentí como me temblaban las piernas al ver que se había puesto de pie, con los ojos rojos centelleantes fijos sobre mí. Parpadeé…, y, al verlo grité:

—¡¡¡Aaaaah!!!

Hui rápidamente y entré al baño. ¿Qué podía yo hacer? Nada, nada, por Dios santo, ¡nadaaa! ¡Cuál fue mi sorpresa cuando del inodoro emergieron unas manos harapientas y malolientes! Me aferré a la puerta, di media vuelta, me eché a correr y bajé las escaleras:

—¡Papáááá!, ¡mamáááá! —vociferé trastornado por completo—. No hay nadie, ¡maldita sea!

Tropecé con una bolsa y caí hacia adelante. El muñeco apareció de nuevo, esta vez manchado de sangre. Lo miré con asombro… ¿Era acaso ese mi final? La luna se proyectó al muñeco y él caminó más lento, más lento. Recordé que tenía un encendedor en el bolsillo de mi pantalón; lo saqué, traté de prenderlo, pero la marica llama no salió. ¡Agh, vida hijueputa! El muñeco avanzó arrastrando los pies, un paso, luego otro… Por fin, y, a menos de tres metros le arrojé el encendedor y el esperpento se quemó.

Once y cincuenta y siete,

                                                        cincuenta y ocho,

                                                                                                       cincuenta y nueve:

Dieron las doce en punto.

Tiempo después le conté la historia a mi parcero Carlos:

—¡Como si le fuera a creer! —dijo él.


—¡Dirá que estoy loco!; pero ya veremos qué pasará el próximo fin de año, si es que antes no nos mata el CORONAVIRUS —dije y retorné al insomnio.


@roagilluis

viernes, 18 de noviembre de 2022

Soledad - Flor

 


Me encantas mujer, ¿lo sabes? Con tu cabello ondeando al viento caminas siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Ayer te vi pasar por el teatro. ¿Acaso fue un sueño o fue realidad? Me miraste y en tus ojos descubrí la belleza de un ángel, un ángel lleno de vida.
Recibo una llamada. Me dicen que hubo un asesinato en un hotel y debo fotografiar un cadáver que yace en el anfiteatro municipal.
Levanto la sábana y veo que eres tú…
Suspiro, no puedo hacer nada. Ya no tienes piernas, te falta un brazo y no eres más que piel y huesos.
Enciendo la cámara y tomo una foto de tu cuerpo. Doy media vuelta y me alejo mientras las lágrimas descienden por mi rostro… Es el último adiós.

@roagilluis

jueves, 17 de noviembre de 2022

Soledad - Recuerdo de pasión

 


Es la hora del diablo y los dolores no paran… A medida que los días se han hecho meses, y los meses años, mi recuerdo por Natalia es más fuerte.
—Basta que me pienses para que viva en tu corazón —me dijo la última vez que hablamos.
Fue el Día del Amor y la Amistad cuando la invité a bailar salsa en uno de los bares más viejos de la ciudad. La tomé de la cintura y ella puso sus manos en mi cuello. Pasaron cuatro o cinco canciones y bebimos unas copas de vino. Poco después salimos y caminamos en medio de la lluvia. Teníamos hambre y nos metimos en una pizzería. Yo me quede mirándola, ella tomó mi mano y me dijo:
—¿Podemos ir a tu casa?
—Por supuesto —contesté.
Tomamos un taxi y llegamos a las dos de la madrugada. Natalia se sentó al borde de mi cama, cruzó las piernas y se acomodó el cabello.
—¿Quieres? —me preguntó desabotonándose su blusa lentamente. No me lo pensé dos veces: —Sí, te deseo —dije—. Amor, puedes hacer conmigo lo que quieras —musitó ella y me ofreció su cuerpo.
Y ya no pude desprenderme...
Ahora mi juventud se ha marchitado… Un rayó surca imprevistamente el cielo e ilumina mi habitación con una claridad enceguecedora.
¡BROOOUUUUUM…!
—¡Natalia, estás aquí!
Ella se acerca y en sus ojos veo mi reflejo.
—Iremos a un mejor lugar —me susurra al oído.
Entonces la vela se apaga y todo se torna en oscuridad.

martes, 8 de noviembre de 2022

Festejo



Era la noche del cumpleaños de la niña consentida, el tesoro de papá. Los invitados pasaron bajo el puente a medida que entraban. Todo hacía presagiar que la fiesta sería maravillosa.
«¿Qué me regalarán? ¿Un oso, un poni, una muñeca de trapo? —se preguntó la niña.» Tenía el vago recuerdo de haber pedido unos caramelos, pero de eso no estaba segura.
Le gustaba compartir con sus amigos: los gemelos Parra con sus peinados al estilo de Los Beatles; las hermanas Aguirre, siempre tan creídas y orgullosas; los pequeños Hugo y Luis, con sus voces melodiosas de cantantes carrangueros. La complacía ver también a los adultos elegantes; habían encendido los candelabros; la sala olía a incienso.
Todo era demasiado claro, aun así…
Fue a buscar algo que ponerse y halló en uno de los cajones, en el cuarto de su mamita, un traje oculto. Era su día especial, no podía verse mal, de ninguna manera. El vestido, en cuestión, era blanco, sin más adornos que una diadema de flores.
La música comenzó a sonar y la niña se aventuró a abrir la puerta. Pero entonces, estaba ahora en el patio, donde en una lápida se leía un nombre…:
«Esmeralda».

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lunes, 10 de octubre de 2022

Desagravio

 


 Lunes 31 de octubre de 2022

El reloj tañe en la estancia, oscurece y la lluvia ha comenzado a caer.

«¡Uff, Marco!, tan bello, tan joven —pienso—, espero saciar este deseo antes que pierda la cabeza.»

Allí está él, frente al espejo, con una copa de vino en la mano me sonríe lujurioso.

—¿Qué puedo hacer por ti?

—Verás, estoy harta de mi matrimonio. Si consigues estremecerme, te daré lo que quieras.

—Por supuesto, este será nuestro secreto.

—Amor —«Nunca me habían tomado tan fuerte»—. Ya no aguanto más; ¡bésame!

Y así, sin remordimientos, él lo hace, y, mientras me acaricia, siento su piel bajo mis dedos; siento su pasión…

«¿Es este el final?»

Amanece, ya no soy la misma, la estúpida que se arrastra por el imbécil de mi esposo: soy una mujer nueva.

«Tomaré este veneno, iré a casa y haré justicia por mi mano.»


@roagilluis


Ensueño


 

El viejo se sienta en el parque, junto al Obelisco a los Mártires. Es un hombrecillo arrugado, tan flaco como feo. Su nombre es Secundino, pero todos le dicen el Tuerto. Le gusta masticar tabaco para olvidar sus penas. En las tardes él les da de comer a las palomas; parte un pedazo de pan, lo convierte en trozos pequeños y los arroja.

«No hay peor ilusión que vivir de glorias pasadas.» El viejo se pregunta cuándo vendrán sus hijos a visitarlo. ¿Qué le traerán?, acaso, ¿ya tiene más nietos? «Espero verlos antes de la Víspera de Todos los Santos.»

Cuando era joven, Secundino patrullaba el campo junto con sus compañeros, ofrecían protección a las caravanas que salían a la capital. Los rebeldes habían amenazado la ciudad, y era bien sabido que estar en la milicia era peligroso, sumamente peligroso. Al llegar a lo más profundo del recorrido encontraron árboles caídos. Creo que ahora algo no está bien. Me pregunto si Secundino sabrá lo que le va a pasar, seguro que no. El combate fue terrible y Secundino resistió con valentía: saltó del caballo y se lanzó a salvar la vida de los demás; pero entonces…

¡No está aquí! —exclamó—. ¿A quién demonios estábamos protegiendo?

¡Lo habían engañado!

«¡Es una maldita mentira! Y ellos… ellos no eran más que los niños del barrio…»

Durante un momento sintió pena por los rebeldes, sus cadáveres en el camino emergieron deslumbrantes en medio de las tinieblas.

Bien, señor Secundino, es hora de regresar…

Desde entonces el viejo vuelve a contemplar a los pequeños, sus sonrisas bajo esos ojos de ternura, sus disfraces.


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Efeméride


 

—Muy bien, muy bien Oreo. Me has traído un ave muerta, es un copetón, ¿verdad? —preguntó el hombre al tiempo que dejaba la colilla de cigarrillo en el cenicero.

—Puurr, puuurr —el gato se tumbó en el regazo y se puso a ronronear.

—Se ve más hermoso muerto que vivo. Te cuento que me han echado del trabajo; ¿sabes la razón?, pues por envidia. De nada sirvió partirme el lomo durante cinco años, y…, ¿qué recibí a cambio? Ni una recomendación, ni un puto reconocimiento: ¡miserables! Ah, pero eso sí, mi puesto lo ocupó Andrea, todos sabemos que su poder lo tiene entre las piernas. Lo mejor es no enamorarse de una mujer como ella, como ella…

—Puurr, puuurr.

—Iré a la fiesta de Halloween, si no regreso, ya sabes qué hacer. 

El gato se levantó y se perdió en la penumbra.

Esa noche, o mejor, esa madrugada, el hombre bebió a más no poder. Miró a una mujer vestida de enfermera. ¡Por Dios santo!, justo como se la recetó el médico; así era como le gustaban que se movieran. Supongamos que, con lo poco que le quedaba, podría hacerla suya. Conseguir dinero era sencillo, pero tener lo suficiente para saciar sus deseos era un problema. Y sí, se ligó a Celeste. ¿Por qué habría de arrepentirse por vivir a costa de ella? No la amaba, quería su fortuna, su riqueza. Ahora se irían de luna de miel, quizá encontrarían una forma de pasar el tiempo.

—Cielo, ¿estás lista?

—Sí, aguarda un momento —contestó la mujer y tomaron rumbo a su mansión en la playa.

Y en la estancia junto a la chimenea:

—Hazme sentir bella de nuevo.

«¿Qué más da un poco de romance?»

—No me digas que no me amas.

—Por supuesto que te amo, cariño —y la llevó en brazos a la cama. «Esto es tan sencillo.»

No estaba del todo mal. Celeste tenía más de lo que pensaba el hombre. Pronto los gemidos se desvanecieron a medida que las velas se consumían. Ya era hora de deshacerse de Celeste y así lo hizo… El hombre regresó a casa, y, al atravesar el umbral de la puerta, se encontró de nuevo, en la playa, ¿en la mansión?

«¿Qué es esta brujería?»

La chimenea había dejado de arder.

—¿Pensabas en aprovecharte de mí? —preguntó la voz de… de ¿Celeste?

—¡Como así!, si… ¡si te maté!

—No seas iluso: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo", y yo, yo seguiré viviendo.

—Pero… —retrocedió, sombrío.

—Los hombres son tan patéticos y predecibles.

El gato maulló junto al cadáver del hombre y su espíritu descendió al Infierno.


@roagilluis

Tríptico, embriaguez nocturna.

 




@roagilluis

lunes, 3 de octubre de 2022

Recuerdo

 


En una tarde de noviembre, me escabullí de la misa de «Mamá mía». La hicieron en la casa, construida en la Calle Veintiséis y la Carrera Séptima. La estancia era pequeña: un espacio con afiches y coronas de flores.

Ya sentado jugué con el muñeco que me regalaron; lo hice mover de un lado a otro, pero, sin saber por qué, un ruido llamó mi atención. Di media vuelta y lo vi: era un globo que silbaba. Eché a correr y crucé la puerta. Me acordé de las palabras de mi madrecita querida y me detuve:

«Debo portarme bien, si no, me llevará el coco.»

Llegué al patio. Allí el globo voló alto, y cuando se cruzó con la luna, los astros cayeron convertidos en fantasmas.

«¿Cuántos son?» Observé sus caras, sus largas orejas y las colas peludas como algodones. «¿Serán los conejos de Mamá mía

De pronto, sonriente, pero con lágrimas, escuché cantar a mi vieja:

—¡Abue, abue!: la extraño muchísimo —dije, inclinándome hacia ella para que me abrazara.

—Ya no llore, mijito —contestó con dulce acento—, siempre estaré con usted, mi chinito.

Ahora sé que Mamá mía vive en un sueño maravilloso, un sueño llamado realidad.

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Historia sin nombre


Me perdí entre los susurros del amanecer, en medio de la niebla. Llegué a un rancho. No quedaba más que una puerta vieja, carcomida que se abría por el viento. Entré mientras una piara de cerdos avanzaba al otro lado.

De la oscuridad surgió una anciana que me saludó con el rostro oculto por un velo:

—Siga, sumercé, ¿en qué le puedo ayudar?

—¿Tiene geranios? —dije.

—Claro, llévese estos tan bonitos.

—Véndame esos.

—Claro, mire, acá hay de todo, llévese estos que están muy bonitos.

—Véndame esos.

—Como mande, patroncito —y me entregó las flores envueltas en periódico.

—Me sucedió algo muy raro antes de llegar acá —le mencioné a la anciana.

—Y eso, sumercé, ¿qué le ha pasado?

—Pues fíjese usted que me encontré con un gamín que me pidió que le dijera dónde quedaba el cementerio. Dijo que se llamaba Pedrito. Yo, pues, le indiqué que avanzara y él se perdió en la avenida.

—No tuvo que ser Pedrito, todos lo conocemos por acá; debió ser otro niño.

—¿Cómo así? —pregunté, confundido.

—Ay, señor, si supiera lo que ha pasado.

Y entonces comenzó un relato:

«—Pedrito dejó todos sus juguetes intactos —dijo la anciana—; los carros de madera, los Reyes Magos, los animales del pesebre y cómo no, a la virgencita y al Niño Jesús en su cuna, pero…

»Él era muy juicioso, le ayudaba a su abuelo en la finca, con las cosechas y el ordeño de las vacas. Ahora les tocaba sacar los bultos de papa a la avenida para que los compraran, pero ya no valen más de 12000 pesos; la situación se pone cada vez más difícil, no alcanza para el arriendo y la comida está cara.

»En fin, Pedrito se fue el otro día a visitar a su papito, a llevarle el almuercito que con mucho esmero le prepararon, pero no regresó, no regresó».

«Por eso lo vi tan enclenque, tan pálido, parecía un muñeco de trapo —pensé.»

—Supongo —dije— que los muertos aquí no descansan en paz.

—Dios sabe cómo hace sus cosas —musitó la anciana.

Salí del rancho, la puerta se cerró, y de nuevo, me hallé solo y pensativo.

A la mañana siguiente, en la página de la Alcaldía Mayor de la ciudad, se leería este fragmento:

«Con profundo pesar anunciamos la muerte del niño Pedro Miguel Jiménez Arias, oriundo del municipio de Oicatá. Ayer fue atropellado por una moto al no pasar el puente del camposanto. Las exequias se realizarán en el cementerio del norte a las 3: 00 p. m.»

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miércoles, 28 de septiembre de 2022

Crepúsculo

 


Sentado al piano, los acordes despiertan ecos en mis memorias…

«Es hora —pienso—. Pronto acabará este desconsuelo, sin embargo…»

Noto que, al levantar la vista, las estrellas no iluminan la estancia. Preciso es reconocer, por melancolía, o quizá, por tristeza que la existencia es un espejismo. Fue allí donde viví y amé; donde odié y olvidé; donde mi dolor se cernió contra la fe de los condenados. En verdad que recuerdo incluso lo que no existió. Aquellas imágenes, aquellas personas; más vale morir de pie y libre sin cadenas.

Temía perderla, ni siquiera podía serle infiel; ¡qué estúpido fui yo! El dinero, el éxito, nada es importante una vez estés bajo tierra. Y si ella estuviera aquí, ¿se acordaría de aquel día? Habría deseado gritarle: «¡Quédate conmigo, eres mi gran amor!»; pero lo que llamamos amor es una mentira.

En cuanto a mí, ah, ya puedo decirlo. En circunstancias distintas hubiera sido un buen hombre. No tardo en darme cuenta de que no hay nada allá fuera, todo es… ¿es una alucinación? Embriagado por el vino salgo al balcón; y, mientras aún termino el cigarrillo, el sol resplandece: no han sido ocho minutos, sino miles, miles de años.

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lunes, 15 de agosto de 2022

Dalia

Si elle pouvait voir dans mon esprit, elle pleurerait des larmes, des larmes de sang

Élégie, page 30

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martes, 9 de agosto de 2022

Postmortem

 




Tan bello y tan lúgubre es el cementerio. Cuento las tumbas, llenas de melancolía, la de los espíritus, las de mis hermanos caídos; espíritus errantes de tiempos antiguos; espíritus impuros rezan mi nombre. Más oscuro, más profundo el camino se desvanece…

 …Y discurre junto al cortejo.

 Ella avanza silenciosamente; se detiene, vuelve a andar, y, frente al mausoleo, al borde de las lágrimas, entrelaza sus dedos.

 «¿¡Aeleen!?». ¡Tic, toc!, «¡Aeleen!». ¡Tic, toc! «¡Estoy aquí! ¿No puedes verme?»

 Resulta fascinante cómo la luz desgarra el amanecer.

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Lluvia de ensueño - Nostalgia, crónica de la ciudad de Tunja.



An uncertain journey between reality and fiction, History and memory, love and death...








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Epifanías II Guerra

 


Encontraron el cadáver afuera de la ciudad. Guillermo colgaba de un árbol, los buitres consumieron su cuerpo.

 —Padre —le dice Adrián al anciano—; las lágrimas son para los débiles, así que no lloraré por usted.

 Aquello hizo sonreír al cadáver, y entonces, Adrián comprendió:

 «La vida no es un sueño, es una pesadilla de la cual no puedo despertar».


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Epifanías I Lamentos en la niebla

 


La Muerte entronizada juzga mi vida. ¿Acaso es hombre, mujer o quimera? El vicio
fulminó mi cuerpo, lo destrozó por completo; la lujuria consumió mi alma, no hay sosiego
para este sufrimiento. Antes de irnos, volteo y veo a Juliana, quien desgarra entre sollozos mis últimos recuerdos.

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Nake, sonomama shine (Llora, muere así nomás)

 


Filmaron la historia de su existencia. Haiden moldeaba rostros de acuerdo a su conveniencia. Unas veces era joven, y otras, viejo. Se decía que no se trataba de un hombre, sino de un «ser cruel» que hacía lo que se debía hacer: matar y traicionar.

 Esa tarde el director mandó traer los dobles en escena. Les resultó fácil, no se grabó a color.

 —¡Qué se sitúen allá, en el harem! —exclamó el anciano mientras Haiden se fijaba en la joven más delgada.

 «¡Ay!, se parece a… No, no es Evaluna, pero…».

 Ella, no obstante, falleció en la lluvia y, sonriendo, el espíritu atormentó al hombre día y noche.

 Haiden temblaba porque tenía miedo…, y quizá, sólo en parte, el hombre conocía el final. Sus sentimientos eran sinceros, aunque inútiles en el mundo donde nadie lo iba a extrañar.

 De aquel día, de aquella última escena, el protagonista permaneció silencioso, con los ojos fijos en el infinito.

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domingo, 6 de marzo de 2022

Lluvia sombría (diurna)

 

¿Cómo no hablar de Tunja?, la ciudad de la luz en la oscuridad. Acá ustedes se pueden despertar cuando la lluvia repiquetea contra las ventanas y las campanas tañen su doblar. ¡Ah, lugar de ensueño!, su misticismo se abre paso en el Tiempo...








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Lluvia sombría (nocturna)

 

Los sollozos se ahogan cuando la noche cae incesante, incesante en medio de la lluvia, en medio de la lluvia tunjana.







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lunes, 28 de febrero de 2022

Saint Mateo


Today was a great day, a great February Monday in the North of Boyacá lands. The water turned icy blue, it reminds me of Tunja, my homeland and the endless winter brought life, brought death...

@roagilluis

lunes, 14 de febrero de 2022

Chocolate



Un peu délirant, le chien hurle toute la nuit et, puis le matin vient, je ne remarque rien, ríen: il n'y a pas de son, il n'y a de réconfort: le chien est l'esprit, le feuille d'automne que le vent emporte.

@roagilluis 

martes, 8 de febrero de 2022

Regreso

 


 



   —
Ya casi he llegado musité cuando mi espíritu partió al arcoíris en la oscuridad.


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Poème Évoque des souvenirs, d'images perdues, de voix sombres; j'évoque la tempête, la nuit, les ténèbres inexorables. J'expie e...